Juez Holden

Chamberlain describe a Holden como una persona inteligente, bien versada y físicamente grande.

Holden muestra un amplio conocimiento en paleontología, arqueología, lingüística, derecho, dibujo técnico, geología, química, prestidigitación y filosofía, por nombrar algunas ramas de estudio.

Su extraña apariencia, así como sus agudos y extremadamente rápidos reflejos, fuerza, aparente inmunidad a dormir y envejecer y otras habilidades, apuntan a que es algo más que un ser humano ordinario.

En las últimas páginas de la novela, McCarthy hace una referencia directa a que el Juez es una entidad sobrenatural, o hasta un concepto personificado.

En su ensayo "Gravers False and True: Blood Meridian as Gnostic Tragedy", el profesor de literatura Leo Daugherty argumenta que el Holden de McCarthy es, o por lo menos personifica, a un gnóstico magistrado de la antigua Atenas, una especie de demonio.