Juan de Landa (pintor)

El contrato, en el que se decía vecino de Pamplona, originó un largo pleito al haber dado la obra los vecinos de Lumbier sin la preceptiva licencia del obispado.

Otros maestros aprovecharon el pleito para presentar ofertas a la baja y, aunque finalmente la sentencia le diese la razón, la obra hubo de demorarse al menos hasta 1595.

[1]​ En 1595 se le documenta trabajando en el dorado de los retablos de Sagaseta y Obanos.

Dos años después contrató el sagrario y dorado del retablo escultórico de Añorbe, a los que siguieron los sagrarios de Muruzábal y Gazólaz y el dorado del retablo de Santa María de Tafalla, obra de Juan de Ancheta, por el que Ceán Bermúdez decía que se le habían pagado 70.460 reales en moneda navarra, lo que acreditaba su mérito.

Especialmente interesante es la noticia, contenida en dicho testamento, de la dedicación del pintor a géneros diversos, como el bodegón, el paisaje con figuras y la mitología, atribuyéndosele en este orden, entre las pinturas que restaban por cobrar, la de un Orfeo:

San Miguel arcángel , retablo de San Miguel, parroquial de Santa María, Cáseda (Navarra).