Saturnino Castro

Fue ejecutado por haber intentado sublevar las tropas americanas del ejército realista a favor de los independentistas.

El general patriota Manuel Belgrano (1770-1820) los dejó en libertad a cambio de que juraran ante Dios que no tomarían nuevamente las armas contra las Provincias Unidas.

Muchos de los oficiales juramentados cumplieron su palabra, entre ellos Tristán, pero la mayor parte ―entre ellos Castro― decidieron no cumplirla, y consiguieron que el arzobispo de Charcas los «liberara» del juramento.

En 1814 participó en la segunda invasión realista al norte argentino, bajo el mando de Pezuela, y fue el jefe del primer cuerpo realista en ocupar Salta, su ciudad natal.

Entonces Castro decidió por fin pasarse al bando americano y organizó la sublevación de los soldados de origen americano del ejército realista, e incluso convenció a muchos oficiales.

Uno de los oficiales americanos a quien había contactado lo delató al general Pezuela.