A finales de 1575 renunció al cargo y el beneficio, sin que se supiera la razón.
[3] Su periplo posterior, hasta su llegada a Cuenca, es confuso.
Herrera, que llegó con mucha antelación, compuso las obras necesarias para esa Navidad de 1582.
Parece que Muro quedó en Valladolid tratando de resolver el asunto hasta 1587.
Sin embargo, esto no ha evitado el olvido del maestro y de su obra.
[1] Solo se conservan tres obras que se sabe con seguridad que pertenecen a Muro:[1] Sin embargo hay indicios de que numerosos motetes conservados en la Catedral de Cuenca son de su autoría.