Juan Heredia Ruiz

En Semana Santa rechazaba la invitación de la Hermandad para salir en la comitiva de las autoridades junto al Hermano Mayor, Alcalde y Guardia Civil, prefiriendo salir y hacer penitencia junto al resto del pueblo y como un gilenense más.

En cuanto a la actividad política, apoyó el movimiento de democratización al igual que el resto de sus compañeros, difundiendo entre los más jóvenes mensajes políticos en las octavillas parroquiales y haciéndoles llegar libros prohibidos y censurados por el régimen.

En cuanto a la organización, impulsó el movimiento jornalero cediendo un salón parroquial para las primeras reuniones de las comisiones jornaleras, que pocos años después conformaría la primera sede del Sindicato de Obreros del Campo.

[1]​ Sin embargo muchos de la minoría pudiente jamás le perdonaron sus ideales y forma de evangelizar, llegando en un bar a pagar por cantes y romper con el luto que entristecía al pueblo.

Pese a su breve paso y no tener familia en Gilena, el cariño a su pueblo de adopción y de la mayoría de los gilenenses hacia su figura, hicieron que la familia grazalemeña Heredia Ruiz decidiera dar sepultura a Juan Heredia en el cementerio municipal de Gilena.