De 1850 a 1940 se produce el crecimiento demográfico más amplio, hasta alcanzar los 3500 habitantes, máximo histórico poblacional.
Comienza así un notable desplome poblacional que solo en la actualidad se está recuperando, reflejando los últimos censos un leve movimiento al alza.
Se especula con la posible relación entre estos asentamientos y la posterior cultura de Tartessos, como indican los restos tartésicos encontrados en la cercana Osuna, que hacen pensar que la sierra sur en general y Aguadulce en particular bien pudieron estar bajo la órbita de este reino.
En torno a los cortijos Barra, Puerta, Zorzal, Corito, el Indiano, la Carabinera, y las Marcas, sitúa Fernández Guerra la Marruca turdetana, por los vestigios encontrados en esta zonas.
Andalucía pronto quedó bajo la tutela de Roma, en la región denominada Bética, dividida a su vez en 4 distritos o conventus, Hispalis, Gades, Corduba y Astigi (Écija]) distrito al cual pertenecía Aguadulce.
A partir del siglo III de nuestra era, con la crisis socioeconómica padecida por todo el imperio romano, en especial la parte occidental del mismo, tuvo lugar un decaimiento de la vida urbana.
Así permaneció Aguadulce tras la conquista de los visigodos y aún durante la época musulmana.
En cuanto a la denominación del pueblo, el documento impreso más antiguo data del siglo XVII en el que aparece escrito Aguadulce y en ocasiones en femenino La Aguadulce, quizás en recuerdo de una antigua denominación aún superviviente en 1710 en que se nombra al lugar como Partido de las Aguas Dulces .