Llegó a España en 1823 con las tropas del Duque de Angulema, los llamados Cien Mil Hijos de San Luis, para sofocar el Trienio Liberal y terminó instalándose en Madrid.
Reactivó el panorama artístico con sus innovaciones escénicas y declamatorias.
Habitual de El Parnasillo, la tertulia del Café del Príncipe, estuvo involucrado en política, se manifestó siempre partidario de las iniciativas moderadas de la Regenta María Cristina y del Primer Ministro Ramón María Narváez.
Abandonó España en 1836 y terminó residiendo en París hasta su fallecimiento.
En 1848 fue nombrado Cónsul General por Narváez,[1] cargo que mantuvo hasta su muerte.