En 1801 comenzó su labor en el Real Sitio de Aranjuez, pintando techos en el Palacio Real y en la Casa del Labrador.
Cinco años más tarde se encuentra desempeñando su oficio bajo la dirección de Mariano Salvador Maella.
Al finalizar la invasión napoleónica continúa trabajando para la Corte.
En época fernandina, recibe múltiples encargos del rey, especialmente para la pintura de bóvedas y techos.
[5] En el plano decorativo, en 1828 diseña distintos ornamentos litúrgicos para la capilla del Palacio Real de Madrid y en 1832 realiza diversos diseños para la capilla en estilo gótico que realiza su hijo el arquitecto Miguel Gálvez para la real posesión de Quitapesares,[6][7] llegando a dibujar diversos ornamentos litúrgicos para la misma.