A continuación se trasladó a la provincia de Barquisimeto, para enfrentarse a otro jefe revolucionario, el general Juan Bautista Rodríguez, avanzando hacia Siquisique y Carora y capturando al general Clemente Fonseca, aliado de Rodríguez.
[5] Ante tales circunstancias, Castro, apoyado por grupos «oligárquicos», realizó una serie de maniobras políticas destinadas a mantenerlo en el poder directa o indirectamente.
Se destaca la influencia que Antonio Guzmán Blanco ejerce sobre él.
En muchas oportunidades, la renuencia que siente de residir en Caracas, lo hace recurrir a varios presidentes encargados entre los cuales se cuentan: Guzmán Blanco, León Colina, Miguel Gil y Manuel Ezequiel Bruzual.
[11] Debido a la cada vez más represiva administración central, las convulsiones internas y los desórdenes en varios estados originan el estallido de nuevos conflictos.
Ello llevó a una alianza entre liberales y conservadores para ganar fuerzas como oposición.
Sufre una enfermedad incurable, cáncer en la laringe y viaja a Panamá, Nueva York, España, Francia, Bélgica, Alemania, Suiza e Italia.
[12] Fue derrocado en 1868,[7] se exilia de nuevo,[13] esta vez en Europa para emprender su regreso en 1870, justo cuando la muerte le sorprende.