Península de Paraguaná

Fueron dispersados, exterminados en gran medida, durante la contienda emancipadora, quedando desolados casi por completo sus antiguos pueblos, sin contar con las penas que padecieron por la sed de oro del blanco que vio al indígena como objeto de explotación.

De esta cultura todavía se encuentran los nombres en los distintos pueblos como son: Miraca, Jurijurebo, Cayeruba, Guacuira, Sicaname, Machuruca, Matividiro, Maitiruma, Misaray.

La mayoría de los pueblos conservan topónimos indígenas como nombres y los habitantes en parte sus tradiciones.

La península se caracteriza por sus hermosas playas y su cálido clima con muy pocas lluvias; entre sus bellezas naturales se encuentra el Cerro Santa Ana, en cuyas faldas encontramos un pueblo del mismo nombre Santa Ana; la cima de este cerro asciende a unos 830 m s. n. m. y es muy característico el frecuente penacho de nubes que la circunda.

Finalmente por el oeste se enmarcan las templadas aguas del Golfo de Venezuela.

Los cardones y cujíes (vegetación autóctona) son elementos dominantes en el paisaje, en el contorno del cerro Santa Ana se encuentran pequeñas elevaciones pobladas por antiguos asentamientos rurales como son: Buena Vista, San José de Cocodite, Adaure y Azaro.

Vale decir entonces que en términos generales y al decir del historiador Carlos González Batista en su libro Historia de Paraguaná que "... las alturas de Paraguaná constituyen un conjunto orográfico dominado por el cerro Santa Ana (830 msnm), otras alturas son el cerro El Rodeo (224 msnm) y Monte Cano (177 msnm)".

Se encuentra gran fuerza en los vientos, pudiendo haber velocidades de hasta 35 km/h o más.

Por otra parte, la estación meteorológica de Coro no es completamente representativa de Paraguaná, donde tanto las velocidades medias como máximas deben ser superiores (por ejemplo, en Adícora o el Cabo San Román, lugares donde se deberían obtener registros para fundamentar o rechazar esta idea).

La vegetación que presenta es de monte espinoso tropical en la mayor parte de la superficie la cual resulta bastante rara, tales como cují, cardón, tuna y guasabara, es decir, una vegetación tipo xerófila.

La fauna asociada al bioma desértico interior es escasa y concentrada en hábitats concretos; la de los matorrales desérticos está adaptada a las condiciones ambientales de este ecosistema semiárido.

Por lo que predominan las lagartijas, los escorpiones, el ciempiés y las aves de rapiña como el gavilán.

Esto conllevaría a que la población económicamente activa viviese y viva principalmente del Centro de Refinación de Paraguaná (CRP) el segundo más grande del mundo en su tipo.

Con la nacionalización del petróleo en Venezuela en 1976, ambas pasaron a ser operadas por las nuevas empresas estatales Lagoven y Maraven -filiales de PDVSA- respectivamente, hasta el año 1997, cuando se unifican todas las instalaciones en el actual CRP.

También las zonas rurales mantienen un comercio de significativa importancia con la explotación de especies caprinas, la venta del chivo y ovejo que abastecen a la ciudad y partes del mercado interior.

Una muestra del crecimiento económico de la península se observa en la extensión continua del centro comercial más importante de la ciudad llamado Ciudad Comercial Las Virtudes, la construcción del Centro Comercial Paraguaná Mall, sin contar con la llegada de tiendas nacionales e internacionales como Makro, Don Regalón, el Sambil Paraguaná y el moderno Royal Center que se encuentra en construcción actualmente, entre otros comercios de suma importancia para la economía local.

Se puede llegar a su tope partiendo del pueblo de Moruy.

Puerto Escondido cerca del cabo San Román es uno de los lugares más visitados por turistas.

En la categoría de arquitectura religiosa se destacan las iglesias coloniales paraguaneras, con un muy particular estilo antillano caribeño, poco común en Venezuela, entre las que se destacan la de Santa Ana, Moruy y Jadacaquiva.

La mayoría de los pueblos costeros son pueblos pesqueros, aunque algunos del interior peninsular que circundan el cerro Santa Ana, como lo son Moruy, Jamaica, Misaray, Buena Vista, Adaure, Charaima, Jadacaquiva, El Vínculo, Pitahaya, Miraca, Maicara, Barunú, Urupagua, entre otros; viven de la ganadería caprina, ovina y porcina así como del cultivo de especies ya descritas; otros han sido absorbidos por la expansión urbana de Punto Fijo como es el caso de Punta Cardón, El Cardón, Carirubana, Santa Elena y Guanadito.

Posee una altura media de 20 m s. n. m. (metros sobre el nivel del mar).

Cuenta con una superficie de 1900 hectáreas y alcanza una altura máxima de 830 m s. n. m., Tiene tres picachos: el Santa Ana (donde el cerro alcanza los 830 m s. n. m., su mayor altura), Buena Vista y Moruy.

Sin embargo, en la actualidad esta actividad no se realiza y las cuevas son poco conocidas por los paraguaneros, aunque con frecuencia son visitadas por personas que, debido al desconocimiento de los valores ecológicos y socioeconómicos de los murciélagos paraguaneros, pudieran generar daños o perturbaciones a sus colonias.

Puerto escondido
Iglesia de Moruy.
Fotografía tomada por la NASA de la Península de Paraguaná y del Golfo de Venezuela.
Tarántula azul, especie endémica de la península de Paraguaná
Imagen satelital de la península, la esquina inferior izquierda es el norte.
Vista de Playa Manaure, Comunidad Cardón (Punto Fijo).
Cerro Santa Ana.
Cosplays de la serie Los Picapiedra en un evento de anime y cómic.
La reserva biológica de Montecano hábitat del gecko de Montecano (Lepidoblepharis montecanoensis)