Josefa de Óbidos

[7]​ Su trayectoria artística consta de dos fases, una en la que prima la influencia española, con bodegones al estilo sevillano, y otra con expresiones naturalistas, escenas sacras e influencias del arte oriental que marcó la Pintura del Barroco portugués.

[9]​ En torno a 1661, consiguió su emancipación, una figura jurídica poco habitual para la época, que le permitió firmar contratos y realizar negocios y trasacciones sin autorización paterna o de un tutor.

[1]​ Siguió trabajando en el taller de su padre hasta el fallecimiento de este, en 1674, y firmaban juntos los bodegones, un tipo de pintura que ellos introdujeron en Portugal y les supuso un gran éxito económico, repartiéndose los gastos y beneficios a partes iguales.

[1]​[11]​ Invirtió sus ganancias en la compra de fincas, tejidos y joyas.

[12]​ En su herencia indicó que sus bienes no fueran para ningún hombre, legándolos para la rama femenina de su familia.