Estudió en el Seminario de Tortosa, pero abandonó sus estudios para dedicarse al periodismo.
[6] En noviembre de 1898 fue juzgado por haber publicado un artículo titulado «Tristezas y esperanzas», que el fiscal consideró injurioso hacia la magistratura española.
[8] Se trasladó a Barcelona y en 1903[9] ingresó en la redacción de El Correo Catalán, diario del que llegó a ser redactor jefe, y se destacó como propagandista de los ideales tradicionalistas.
[10] En 1916 Domingo Cirici Ventalló lo citó como uno de los periodistas carlistas más notables.
[13] Al producirse la escisión mellista en el partido tradicionalista, permaneció leal al pretendiente Don Jaime, y combatió duramente las teorías del doctor Minguijón desde las columnas de El Correo Catalán.