José María Rubio Paredes

Más tarde, se desplazó a Madrid para estudiar la carrera de medicina y el doctorado en la Universidad Complutense.

Posteriormente, ejerció dos años como profesor adjunto de bioquímica y fisiología en la misma Universidad.

En 1950, fue contratado por la Compañía Española de Penicilina y Antibióticos.

La Medalla de Oro vino avalada por los cuatro cronistas oficiales de Cartagena, junto a otros prestigiosos doctores, historiadores, arqueólogos, catedráticos de instituto y de universidad, por entender que prestó notables servicios a la ciudad y le dispensó honores a ella.

La alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, aseguró que «con esta distinción, Cartagena cumple una deuda contraída con una vida marcada por su amor, entrega y servicio a la ciudad que lo vio nacer y en la que siempre ha estado presente».