José María Alfaro Polanco

Fue también consejero nacional y procurador en Cortes durante la dictadura franquista.

Uno de sus primeros mentores literarios fue Pedro Salinas, a quien conoció en 1922.

Sus inicios poéticos se insertan en la literatura vanguardista: mantuvo estrecha relación literaria con Eduardo de Ontañón (en cuya revista Parábola, editada en Burgos, fue redactor); con César González Ruano y con Herrera Petere, con el que fundó la revista Extremos a que ha llegado la poesía española.

En 1931 publicó una Elegía al Capitán Galán,[5]​ en homenaje a la recién nacida República.

[12]​ En una de sus últimas cartas, José Antonio le envió un “abrazo especial” junto a Eugenio Montes.

Frecuentaría en 1940 la tertulia madrileña Musa Musae junto a Manuel Machado, Adriano del Valle, José María de Cossío, Dionisio Ridruejo, Rafael Sánchez Mazas, etc.[23]​ Ejerció como embajador español en Colombia (1950-1955) y Argentina (1955-1971).