Alfredo Marqueríe Mompín
También organizó funciones de teatro, novilladas y representaciones de circo con fines benéficos, lo que hizo a su hijo Alfredo aficionarse desde bien pronto a la farándula, como escribió él mismo en sus Memorias informales.[2] Desde 1922 colaboró Marqueríe en las revistas literarias Alfar, Mediodía, Manantial, Parábola, Meseta y sobre todo Papel de Vasar.En 1923, cuando apenas contaba diecisiete años, publica su primer libro, el poemario Rosas líricas (1923), dedicado a su padre.Tras estudiar Derecho en Madrid, en 1928 se doctora en esta materia y en 1931 trabaja de redactor-jefe del periódico Segovia Republicana dirigido por Rubén Landa.Su poesía, con huellas machadianas, es de tono postmodernista, acercándose a veces al ultraísmo.También trabajó como corresponsal de prensa, lo que le llevó a viajar por Marruecos, Inglaterra, Francia, Alemania, Polonia y Rusia.