Sin embargo siempre mostró gran interés por la cultura y con frecuencia mantenía reuniones sobre literatura o música con algunos amigos intelectuales, como José León Careche y el músico Javier Bello Portu.
Participó en la creación del sindicato Comisiones Obreras (CC. OO.) durante la dictadura de Franco.
Pese a las amenazas, también declaraba que nunca se planteó abandonar el País Vasco:
La mañana del 7 de mayo del 2000, cuando volvía a su domicilio tras comprar la prensa y desayunar en una cafetería cercana, dos pistoleros de ETA se situaron a su espalda y el etarra Ignacio Guridi Lasa le disparó cuatro tiros que le alcanzaron la cabeza y el tórax.
[3][4] Su muerte dio lugar el 12 de mayo a un manifiesto titulado "No nos callarán" suscrito por los directores de los principales periódicos españoles en que se condenaba el asesinato y toda la violencia etarra en general.