José Inzenga

Tras ello, se puede reflejar que José Inzenga estuvo perfeccionando su técnica, así como también influenciado por el estilo compositivo romántico centroeuropeo.

En este periodo se formó ante el escenario en la música de salón siendo muy característico en París y publicó sus primeras piezas a piano: Juanita, vals espagnol y un Étude de salon.

Tan expectante fue su método que llevó a sus alumnos al éxito tanto nacional como internacional, por ejemplo Arsenia Velasco, Emilia Reynel, Luisa Fons, entre otros.

Más adelante, Inzenga se destacó como crítico musical, jugando un papel importante en la creación de diversas instituciones en España, como el Orfeo Español, la Sociedad Artístico-Musical de Socorros Mutuos y el Ateneo Científico y Literario.

[1]​ Además, colaboró en revistas como El Tiempo, Crónica de la Música y La Correspondencia Musical.

Otros destacados músicos y literatos, como Mariano Soriano Fuertes, Hilarión Eslava, Teodoro Vesteiro de Torres, Carlos Melcior, Fernán Caballero y Manuel Murguía, también se sumaron a esta propuesta en defensa de la música española.

Inzenga también participó en la historiografía musical, sosteniendo que un músico debía poseer “suficiente conocimiento” y estar en sintonía con su época para expresar en sus obras el “arquetipo español” sin aislarse de la sociedad.

Algunas de estas ricas canciones reflejan la vida laboral e industrial del siglo XIX.

Entre sus composiciones para canto y piano destaca Il poeta morente, que combina la letra de Pietro Metastasio con la música del compositor.

También escribió para banda y orquesta, como en Fantasía Recuerdos de España (1878-1880), que incluye arreglos de temas folclóricos y canciones adaptadas para el género militar o religioso.