José Grases Riera

Incluso se sensibilizó con la corriente regeneracionista que buscaba en los estilos históricos la creación de una arquitectura española, con el empleo de elementos tardobarrocos en la construcción del Teatro Lírico de la calle del Marqués de la Ensenada (1901-1902), que luego de un pavoroso incendio fue acondicionado para el Liceo Francés, siendo actualmente sede del Consejo General del Poder Judicial.Ganador de diversos galardones en las exposiciones nacionales de 1881 y 1887, también se preocupó por los problemas urbanísticos de la ciudad, como se demuestra en su «Proyecto de Gran Vía Norte-Sur» (1901) con el que pretendía dar fluidez a la circulación y conectar adecuadamente los extrarradios.Su idea sería retomada por Núñez Granés en su «Proyecto para la prolongación del Paseo de la Castellana» (1916-1917), y por Secundino Zuazo y Hermann Jansen en su «Anteproyecto del trazado viario y urbanización de Madrid» (1930).El recurso a los elementos barrocos, junto al rococó, volverán a estar presentes en su obra más singular, el Palacio Longoria de la calle de Fernando VI (1902-1903), uno de los pocos edificios que se hicieron en Madrid con extraordinarias trazas modernistas.De hecho, este palacio, la Casa de Pérez Villaamil de Eduardo Reynals y unos pocos ejemplos más constituyen todo el modernismo practicado en Madrid a comienzos del siglo XX.
Palacio Longoria , construido en 1903.
La urbanización del extrarradio de Madrid. Presentación y explicación a los concejales del proyecto de que es autor el arquitecto municipal José Grases (mayo de 1910).