José Fernández de Villa-Abrille

[5]​ Huérfano de padre en 1894, ingresó en la Academia de Infantería en 1896 y al año siguiente fue destinado como segundo teniente a su tierra natal.

Así, cuando el comandante de Estado Mayor, José Cuesta Monereo —siguiendo instrucciones del general sublevado, Gonzalo Queipo de Llano— elaboró un plan con el que se llegó a movilizar a 4.000 hombres para realizar y consolidar el golpe de Estado en la provincia de Sevilla, el general Fernández no se unió a la sublevación; pero ni él ni bastantes de los oficiales a su mando mostraron resistencia alguna al golpe,[nota 1]​ ni a las acciones de represión que el comandante Antonio Castejón Espinosa inició en distintos barrios de Sevilla.

El general Fernández ignoró las instrucciones que, de manera insistente, le dio el gobernador civil de la provincia, José María Varela Rendueles, para que respondiera a los sublevados.

No obstante su pasividad y la de varios mandos bajo sus órdenes, fue detenida y procesada la plana mayor de la II División Orgánica.

[2]​ En febrero de 1939, un consejo de guerra lo condenó a seis años de prisión, que cumplió en Sevilla, en un chalet cercano a la Cruz del Campo, utilizado como prisión militar durante la guerra y la posguerra.