Su obra refleja un nacionalismo que critica y rechaza la influencia de las culturas extranjeras, argumentó que éstas debilitaban a la cultura mexicana.
Como diplomático, fue embajador de México en Portugal y en la Unión Soviética (1964).
Como bibliófilo, su colección particular llegó a contar con cerca de 30 000 libros, los cuales prometió donar a la Universidad Veracruzana.
[1] Durante varios años de su vida se distinguió por defender el Centro Histórico de la Ciudad de México,[2] siendo pionero al proponer la recuperación de la arquitectura y restauración de edificios, limpieza del ambulantaje, circuitos peatonales, etc., fue nombrado presidente honorario vitalicio del Consejo Consultivo para el Rescate del Centro Histórico.
[3] Escribió más de veinte mil artículos periodísticos,[4] y entre sus libros se encuentran los siguientes: