Bibliofilia

Sabe, además, distinguirlas e identificarlas ya sea por la pureza de su texto, su tipografía, la calidad del papel y la encuadernación.

[2]​ Los bibliófilos no necesariamente buscan el poseer el libro que aman; como alternativa tienen el admirarlos en antiguas bibliotecas.

Sin embargo el bibliófilo es frecuentemente un ávido coleccionista de libros, algunas veces buscando erudición académica sobre la colección, y otras veces poniendo la forma por sobre el contenido con un énfasis en libros caros, antiguos o raros, primeras ediciones, ediciones príncipe, libros con encuadernación inusual o especial, ilustres procedencias y copias autografiadas.

[12]​ Existen bibliófilos que han tenido un papel relevante en la cultura de sus países como Antonio Cánovas del Castillo,[13]​ político e historiador español de la segunda mitad del siglo XIX d. C. o Carlos Manuel de Trelles que fue un cubano que amó los libros y creó tradición en su país[cita requerida].

El término bibliófilo puede aplicarse algunas veces a una persona que tiene una predilección obsesiva por los libros, tal vez alcanzando un grado de bibliomanía.