José Cortés de Madariaga

Por no haberse producido la decisión en Chile, los dos contendores viajaron a Madrid ese año en busca del fallo correspondiente.

Al oír esta exclamación, Emparan dijo «Si no me queréis, pues yo tampoco quiero mando» y presentó la renuncia de su investidura.

Huyó a Gibraltar en febrero de 1814, y fue entregado por el gobernador inglés George Don a las autoridades españolas, pero fue liberado al año siguiente en la recuperación del gabinete británico, que desautorizó la conducta del gobernador Don.

En abril fue a Carúpano, y en Cariaco se reunió con Santiago Mariño, Mariano Montilla, Francisco Antonio Zea, y otros, que fueron arrastrados por la elocuencia Cortés de Madariaga.

En 1820 se unió a la expedición del General Montilla contra Riohacha y Santa Marta, y fijó su residencia allí, mientras que Caracas, que se había convertido en su segundo hogar, fue ocupada por los españoles.