José Ángel de la Sierra y Gómez fue un criollo novohispano, quien en su carácter de sacerdote doctorado en cánones representó al Reino de Nueva Galicia como parte del virreinato de la Nueva España ante las Cortes de Cádiz, a la disolución de las mismas regresó al virreinato donde se dedicó a la enseñanza, fue nombrado diputado ante las cortes del Primer Imperio Mexicano y luego participó en la fundación de la Primera República Federal mexicana.
Estudió sus primeras letras en el Seminario Conciliar de su ciudad natal, donde mostró inclinación por la carrera eclesiástica, así fue enviado a la Ciudad de México donde primero estudió en el prestigioso Colegio de San Ildefonso para luego titularse en la Real y Pontificia Universidad de México donde se recibió como doctor en cánones (Derecho eclesiástico) en 1785.
[1] Entonces regresó a su ciudad natal para integrarse al cabildo eclesiástico de Guadalajara, donde sirvió como canónigo del cabildo.
[1] A su regreso se reintegra al cuerpo docente de la entonces Real Universidad de Guadalajara a la cual había pertenecido desde su fundación en 1792.
[3] Durante la Independencia de México se mantiene leal al partido virreinal, pero al consumarse la independencia por el Plan de Iguala se mantiene neutral dejando que las cosas pasen, por lo que a la caída del Primer Imperio Mexicano es nombrado diputado al Congreso Constituyente siendo parte de los firmantes del Acta Constitutiva de la Federación Mexicana, además de participar activamente en las discusiones para la elaboración de la Constitución de 1824 a la cual no llega a firmar ya que se retira como diputado tanto por su edad como por la falta de apoyo para sus propuestas de tipo agrarista.