Jorge Donn

Nació en Buenos Aires, de madre inmigrante ucraniana, Rosa Donn, y padre argentino, Mauricio Itovich.

Se formó en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón (Buenos Aires).

Junto a la brasileña Marcia Haydee, Donn representa a los latinoamericanos que lograron instalarse por derecho propio y talento en la élite europea del ballet justo en su momento de expansión en la segunda mitad del siglo XX.

En esta aventura conservó a toda costa el ballet Nijinsky Clown de Dios y volvió en 1989 a su Argentina natal; también bailó en Milán, Bruselas y otras ciudades europeas en un intento que ya parecía desesperado de recuperar el espíritu de antaño, pero el tiempo y la enfermedad ya conspiraban en su contra.

[8]​ Fue homenajeado por muchos coreógrafos: Maurice Béjart con su Ballet por la vida (o El presbiterio no ha perdido nada de su encanto ni el jardín de su esplendor), Denys Ganio (Tango… una rosa para Jorge Donn), Carolyn Carlson (Homenaje a Jorge Donn), Grazia Galante (Masticando Sueños).