Johann Rudolph Glauber

No llega a tener una educación universitaria, ya que como él mismo dice en sus escritos: Ich gestehe gern / dass ich niemahlen auf Hohen Schulen gewesen / auch niemahlen begert ... Reuet mich also gantz nicht / dass ich von Jugentt auff die Hand in die Kohlen gestecket / und dardurch verborgen Heimblichkeiten der Natur erfahren ... Me gustaría confesar / que nunca he ido a la escuela superior / tampoco lo he deseado nunca ... no me arrepiento en absoluto / que yo de joven metía la mano en los carbones / para descubrir los secretos ocultos de la Naturaleza ... Glauber se prepara desde muy temprana edad en lo que será en un futuro su oficio como "boticario" y constructor de espejos.

Se casa en el año 1641 con Helena Cornelius, con la que tiene ocho hijos.

Poco a poco no puede mantener ni siquiera la farmacia y de esta forma en el año 1668 vende el laboratorio y parte de su biblioteca para poder mantener a la familia.

En el Westerkerk de Ámsterdam, último lugar donde residió, existe en la actualidad un monumento urbano que describe por completo su vida y obras.

Fue capaz de realizar una receta para el cloruro sódico altamente refinado.