Johann Jakob Balmer

[1]​ La fórmula de Balmer es más que una simple ecuación matemática; es una herramienta fundamental en la astronomía moderna.Permite a los científicos observar y analizar la luz emitida por diversos cuerpos celestes, lo que proporciona una comprensión más profunda de la estructura, composición y evolución del universo.Sin esta fórmula, sería mucho más difícil identificar el hidrógeno en el cosmos y estudiar sus características en detalle.Durante sus estudios destacó en matemáticas, y decidió centrarse en este campo cuando asistió a la universidad.Posteriormente obtuvo su doctorado en la Universidad de Basilea en 1849 con una disertación sobre la curva cicloide.Permaneció el resto de su vida en Basilea, donde enseñó en una escuela para niñas.En 1868 se casó con Christine Pauline Rinck a la edad de 43 años.La explicación completa de por qué estas fórmulas funcionan tuvo que esperar a la presentación del modelo atómico de Bohr por Niels Bohr en 1913.A raíz de los trabajos del físico sueco Johannes Rydberg (1888) y del físico suizo Walther Ritz (1903), la fórmula de Balmer pudo ser generalizada para cualquier número enteroLas otras series predichas han sido evidenciadas experimentalmente:La serie de Balmer ayuda a los astrónomos a identificar la presencia de hidrógeno en las estrellas, nebulosas y otras estructuras galácticas.Dado que el hidrógeno es el elemento más abundante en el universo, conocer sus líneas espectrales permite identificar la composición química de diversos cuerpos celestes.En particular, el estudio de la radiación emitida por los átomos de hidrógeno en diversas condiciones puede dar indicios sobre la temperatura, la densidad y las propiedades del gas interestelar.Estas líneas proporcionan pistas sobre la actividad estelar en estas regiones, ayudando a los astrónomos a estudiar el ciclo de vida de las estrellas y las condiciones del gas circundante.Este estudio ha ayudado a entender los procesos de formación estelar en las nebulosas.Por ejemplo en el caso del exoplaneta KELT-9b, uno de los planetas más calientes conocidos, se utilizaron las líneas de Balmer en los espectros para detectar hidrógeno en su atmósfera extremadamente caliente, lo que ayudó a comprender las condiciones extremas que existen en su atmósfera.Por ejemplo en el estudio del agujero negro supermasivo en el centro de la galaxia M87, las líneas de Balmer fueron utilizadas para obtener información sobre la física del gas en el disco de acreción y sobre la dinámica del material que rodea al agujero negro, contribuyendo al entendimiento de los procesos en estas regiones extremas del espacio.