En la cultura del subcontinente indio, el término hijra (pronunciado /ˈɦɪdʒɽaː/) define a los miembros de un tercer género.
Por esta razón los jisras van cada año a Kutayan, al sur de la India, para celebrar sus bodas con el dios.
[3] Algunas jisras se castran voluntariamente; antes lo hacían con cuchillo y sin anestesia lo cual provocaba la muerte de un importante porcentaje.
Si las jisras consideran que reciben poca cantidad de limosna, pueden maldecir al niño con ser un varón impotente.
[6] Algunos jóvenes varones deciden convertirse en jisras por considerar que faltan a los principios religiosos al tener relaciones homosexuales en un rol pasivo.