Virgen juramentada

Las principales razones para este comportamiento son evitar un matrimonio no deseado o la falta de un hombre en la familia.

[1]​ La existencia de vírgenes juramentadas es mencionada por primera vez por viajeros europeos occidentales a finales del siglo XIX.

Mientras que este comportamiento se mantuvo extendido entre estos pueblos hasta bien entrado el siglo XX, los cambios sociales y la modernización de las últimas décadas han provocado la práctica desaparición del fenómeno.

En las sociedades tribales del sudeste de Europa, las mujeres solo podían evitar un matrimonio acordado por la familia si pasaban simbólicamente a ser hombres.

Viviendo desde ese momento como hombre, la mujer evitaba así a su familia la deshonra que sufrirían si se hubiese roto la promesa de matrimonio.

La mujer se presentaba ante un gremio al que pertenecían los doce hombres más importantes del pueblo y juraba castidad.

Virgen juramentada fotografiada en 1908 por la escritora británica Edith Durham