El Kuttantavar se centra en una de las tres bendiciones que Krishna le brindó a Iraván por su sacrificio.En estos templos se venera la cabeza Iraván figurando en los templos como protector y guardián contra espíritus, y se cree que al tocarla cura enfermedades e induce el embarazo en mujeres sin hijos.La raíz Iravat deriva de Irā (इरा) ―estrechamente relacionado con el término iḍā (इडा), ‘comida’, ‘alimentos’― que significa ‘poseer alimentos’, ‘dotado de provisiones’ o, por extensión, ‘cómodo’ o ‘confortable’ (como se lo usa en el Majabhárata y en otros escrituras sagradas hinduistas).La indóloga francesa Madeleine Biardeau describe un uso religioso de la palabra Iḍā, como la sustancia consumida en los sacrificios.Basándose en esa definición, Biardeau concluye que Iravant significa, en el Majabhárata, ‘sujeto expiatorio’ o ‘víctima sacrificatoria’.El término también es usado en otros textos para hacer referencia a la esencia por la que los Devas (semidioses) y los Asuras (demonios) se enfrentan.Iraván también es conocido como Araván (o Aravaan en el sur de la India).En el sur hindú, en diálogo tamil, Araván está popularmente asociado con la palabra aravam (அரவம்), ‘serpiente’.Sus ojos están muy abiertos, las orejas tienen forma de S y le llegan hasta el mentón.En la pintura se lo representa, en general, inclinado hacia Kali, como esperando a ser decapitado.En interpretaciones modernas, la cabeza de Iraván somboliza no solo la inmolación sino que la regeneración y continuidad, debido a que luego de haber muerto, su cabeza cercenada pudo presenciar toda la guerra.Por ejemplo el Merkolvilakka Katai Akaravarichai (1963) de Iramachamipulavar ―que narra la historia de Iraván― finaliza con la conclusión que Iraván continúa viviendo como un héroe del folclore tamil, porque simboliza el ideal del sacrificio propio.El profesor Alf Hiltebeitel relata la inmolación ante la diosa Kali como anterior a la guerra, para garantizar, precisamente, su victoria.Ambos se casaron y tuvieron un hijo al que llamaron Iraván; más adelante Aryuna continuó con su peregrinaje, llevándose a Ulupi e Iraván con él hasta Nagaloka, morada de los Naga, donde los dejó.Iraván se crio bajo la protección de su madre, pero su tío materno lo rechazaba debido al odio que le tenía a su padre Aryuna.Al primer día de guerra, Iraván luchó contra Srutaiúsh, rey chatría que en su vida anterior fue el daitia (demonio) Krodhavasa.Pero Iraván contraatacó, rompiendo el arco de Alambusha, y despedazando al gigante en varios pedazos.La última fuente de las tradiciones con respecto a Iraván se encuentran en el Parata-venpa (siglo IX), una versión tamil del Majabhárata escrita por Peruntevanar.Otras fuentes tamiles posteriores presentan versiones distintas a la de Peruntevanar.En la versión de Villiputuralvar, del siglo XIV, Krisna se ofrece como tributo, pero Iraván lo reemplazó.Esta bendición se cuenta, en efecto, en la versión de Villiputuralvar del Majabhárata.La representación terukuttu muestra la ceremonia del casamiento, seguido por la partida de Mojini.Los Kuttantavar solucionan este conflicto sosteniendo que el cuerpo de Iraván se reincorporó luego del sacrificio y que fue a morir, una vez más, durante la guerra, al octavo día.Sin embargo no prestan mayor atención al hecho de haber presenciado la guerra entera.Un tercer punto de vista combina ambas resoluciones, solucionando todos los conflictos dentro de las versiones: Iraván, luego de haberse sacrificado la noche anterior a la guerra, reconstituyó su cuerpo para poder luchar en la guerra, hasta el octavo día, en el que muere decapitado, por lo que pudo presenciar la guerra desde su cabeza.En las representaciones terukuttu, se muestra a un actor como Iraván, vestido completamente de blanco desde el cuello a los tobillos; se cree que en estas representaciones el mismísimo Iraván posee al actor que lo interpreta.Luego de ser mutilado, solo permanece la cabeza y el esqueleto.Krisna le recomienda rezar a Naga, Adi-Shesha, su abuelo y padre de Ulupi.Al rezarles, Adi-Shesha se enrosca en el esqueleto de Iraván, convirtiéndose en su carne, restaurando así su cuerpo.Luego de la guerra, mientras los Pandava presumían cómo habían vencido a los Kaurava.