Joaquín José de Osma y Ramírez de Arellano
Coincidentemente, ese mismo día el gobierno peruano firmó un nuevo contrato de consignación con la Casa Gibbs para la extracción e importación del guano en el Reino Unido.Ambos contratos suscitaron razonables objeciones por su turbio trasfondo, y según José Arnaldo Márquez, fueron el verdadero comienzo de la orgía financiera en el Perú, en la que las copiosas ganancias del guano solo beneficiaron a un grupo minoritario.Luego pasó a Madrid como ministro plenipotenciario ante la corte española, donde el 24 de septiembre de 1853 firmó con el ministro español Ángel Calderón de la Barca un tratado de paz y amistad, en la que España reconocía la independencia del Perú, mientras que el gobierno peruano se comprometía a dar indemnizaciones a los súbditos españoles cuyas propiedades habían sido tomadas, embargadas y secuestradas desde 1820.Este tratado fue muy criticado en el Perú, y el canciller peruano José Gregorio Paz Soldán hizo observaciones antes de presentarlo al Congreso.La más importante de esas objeciones era el hecho que el documento se iniciaba con una renuncia de España a los derechos que le confería su antigua soberanía sobre el Perú, ignorando implícitamente su Independencia.A dicha institución se le ha atribuido especulaciones con los títulos de la deuda peruana..