En la batalla de Paraguarí, integró la vanguardia que penetró en el pueblo y fue rodeada cayendo prisionero.
Al terminar la campaña, Velasco lo trasladó, con otros prisioneros, de Asunción a Montevideo.
En el ínterin, se casó con una joven tucumana, y formó su hogar en esa provincia.
Acompañó a Lamadrid en su campaña contra Francisco Ramírez en Santa Fe, y participó en las dos derrotas que les impuso éste.
Tras la derrota se exilió en Bolivia junto al exgobernador tucumano Javier López.
En 1836 fue condenado a muerte acusado por conspirar contra en gobierno del general Heredia.
Por la intervención de los doctores Alberdi y Fragueiro se consiguió su indulto pero debió exilarse en Chile.