Jean-Pierre Rampal

Durante los diez años siguientes Rampal se dedicó a ser intérprete solista, y al terminar la guerra decidió dar una serie de conciertos.

Empezó en Francia pero después, en 1947, actuó en Suiza, Austria, Italia, España y los Países Bajos junto con su compañero pianista Robert Veyron-Lacroix, a quien había conocido en 1946.

A principios de los años 60 Rampal era considerado el más virtuoso flautista internacional, pues trabajaba con las mejores orquestas del mundo en ese tiempo, pero siguió reviviendo la música, sobre todo barroca, como había hecho desde 1945.

Gracias a su labor, la flauta recupera un sitial en el circuito de conciertos al mismo nivel que el piano o el violín.

Grabó prácticamente todas las obras importantes para el instrumento, llegando a sumar más de 50 discos.