Se dedicó primordialmente a la composición, tanto de revistas (había compuesto una cincuentena en 1968) como de un centenar y medio de piezas ligeras -canciones, cuplé- que fueron interpretadas por cantantes punteras de la época: la Bella Dorita, Carmen de Lirio.
[1] Fue autor de muchos jingles para publicidad, como los que cantó Carmencita Aubert para el perfume Cocaína en flor (1935) o el del Cerebrino Mandri a ritmo de sardana.
También dirigió grabaciones de cuentos infantiles catalanes para la discográfica Columbia en los años 60.
En los 1949-1958 -como mínimo- hizo una compañía de revistas con Salvador Bonavia i Panyella, que era autor de los libretos de los espectáculos, como Mestres lo era de la música.
Fue empresario de los teatros Arnau (1949-1950), Liceo (1955) y Apolo (1957 y 1958) de Barcelona.