Jaime Villanueva

Y cuarto, que las ceremonias instituidas por los eclesiásticos estaban sujetas "a mudanza", como lo demostraban muchas de ellas abolidas, alteradas, restablecidas por sínodos o mandatos, y que los archivos investigados demostraban esta alteración.

La Guerra de la Independencia interrumpió su trabajo y Jaime estuvo con su hermano en Cádiz, donde este fue diputado y él redactor del Diario de sesiones hasta 1813, lo que le valió constantes enfrentamientos con los realistas; al volver el absolutismo se retiró al Convento de las Magdalenas en Valencia y se dedicó a la predicación.

En 1820 el gobierno constitucional le encargó reanudar sus trabajos y Villanueva se secularizó para realizar con mayor libertad la obra de su vida.

En 1822 nombraron a Joaquín embajador ante la Santa Sede y ambos hermanos marcharon hacia Italia, pero el papa no concedió el placet diplomático y tuvieron que regresar, aunque no sin visitar antes a sus parientes genoveses.

En 1823 tuvo que marchar al exilio con los demás liberales de su familia; en Londres frecuentó junto a su hermano la tertulia del librero Vicente Salvá.

Los restantes tomos del Viaje literario hasta el XXII se publicaron póstumos entre 1850 y 1852 con fondos aportados por el Comisario General de Cruzada, Manuel López Santaella, atendiendo a la solicitud que en ese sentido le hizo la Real Academia de la Historia.

Portada del tomo XII del Viage literario a las iglesias de España de Jaime Villanueva, Madrid, 1850. Biblioteca Nacional de España .