Existen numerosos estudios académicos sobre su obra, así como traducciones de la misma al inglés, italiano y alemán.
Su padre era el teniente coronel del ejército boliviano Gerónimo Sáenz Rivero y su madre Gabriela Guzmán Lazarte.
Para 1967 publicó El frío, y la galería Arca expuso sus dibujos de calaveras.
En 1967 se hizo amigo de Carlos Alfredo Rivera, con quien compartió una amistad muy especial, tanto que se llega a decir que es al Dr. Rivera a quien únicamente Sáenz hacía caso.
Pero en este acto se debe ver no solo necrofilia, sino una obsesión por comprender vida y muerte como una unidad, que viene a ser lo que él llamó, con mayúsculas, "La Verdadera Vida".
A la vez, esa entrega significó la creación de un universo poético, cuya clave está en esa misma elección y en la transformación “alquímica” de la experiencia alcohólica en escritura.
Salvo esporádicas recaídas, Sáenz no volvió a beber hasta poco antes de su muerte en 1986.
En estos años, alejado del alcohol, escribió la mayor parte de su obra.
[13][14] El Centro Cultural Espacio Simón I. Patiño organizó la presentación de un documental bio bibliográfico en su honor.