Fue sometido a dos interrogatorios, uno en Corbeil y otro en Châtelet.
Los acusados supuestamente confesaron una vez más los crímenes del rey de Navarra.
Sus cabezas fueron colocadas en una pica y permanecieron en Les Halles.
Sus cuerpos fueron desmembrados y colgados en la horca de Montfaucon.
Los brazos y piernas, por su parte, fueron exhibidos en las ocho horcas instaladas en las puertas principales de París.