Jacques de Borchgrave

Murió asesinado por milicianos frentepopulistas, lo que motivó un escándalo internacional y, a la postre, el acercamiento de los belgas al bando nacional.

Era hijo del destacado diplomático belga Emile de Borchgrave.

El cadáver, horriblemente mutilado, sólo pudo ser identificado por el nombre del sastre belga que llevaba en su traje.

El gobierno republicano se negó a admitir cualquier tipo de responsabilidad y encontró excesiva la cantidad fijada para la indemnización.

Además, favoreció el acercamiento de los belgas al bando nacional.