Existen muchos ejemplos de isopoliteia, como el pacto entre Mileto y Cícico desde aproximadamente 330 a. C., por el cual se registró amistad eterna entre ambas.
En otras ocasiones, los tratados tenían un determinado tiempo de duración, y debían ser renovados, como el tratado entre Mileto y Phygela desde fines del siglo IV a. C., el cual renovó la isopoliteia entre ambos.
A una colonia también se le podía conceder isopoliteia por su ciudad madre, tal como Cío la obtuvo de Mileto ca.
Además, cualquier ciudadano de una ciudad que quisiera obtener la ciudadanía completa, especialmente la elegibilidad para cargos públicos, en la otra ciudad solo tenía que declararse a sí mismo sujeto a impuestos.
Vanessa Gorman argumenta que Mileto usó la isopoliteia como una manera de atraer habitantes desde sus colonias en tiempos en que la ciudad estaba siendo reconstruida tras la batalla de Mícala in 479 a. C..