Entre las plantas más interesantes destaca el arbusto endémico Daphne rodriguezii, descubierta y descrita por el naturalista Joan Joaquín Rodríguez Femenias.El tamarindo (Tamarix africana) es otra planta bastante característica de la isla.En cuanto a la fauna, la isla de Colom cuenta con numerosas aves marinas.Destacan la colonia de gaviota patiamarilla (Larus michahellis), el cormorán grande (Phalacrocorax carbo) y el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis), la pardela pichoneta (Puffinus puffinus) y la pardela cenicienta (Calonectris diomedea).La isla tiene dos playas paradisíacas: els Tamarells (los Tamarindos) y el Arenal d'en Moro.Embarcados en la urca real Redemptora, al bergantín Monte Carmelo y al jabeque La Soledad, llegaron los cautivos españoles hasta Alicante, puerto en el cual no fueron autorizados a desembarcar por provenir de un país declarado apestado.El bergantín con el patrón Andrés Escudero y el jabeque (embarcación con tres palos, de velas latinas, también navegable a remo) con Antonio Socías llegaron día 7 del mismo mes.El año 1787, este lazareto provisional contaba con 9 tiendas o barracas para unas 15 personas cada una; una barraca para el capitán de la urca, el capellán y un cadete; otra barraca destinada a las mujeres; una casa que ya estaba para el médico, cirujano y boticario; otra como hospital de enfermedades comunes; un horno donde se conservaba la cal viva para realizar los entierros; una tienda-hospital para los enfermos sospechosos, otra para los contagiados, y otra para los males conocidos; una barraca para purificar la ropa; una casa de madera para los facultativos de urgencias; una casa para los enterradores; un cementerio; una casa para los guardias y pozos de agua.Finalmente, día 11 de junio se concedió la libertad a los tres navíos y hacia día 4 de agosto se liberaron todas las personas que quedaban en el islote.Estos enfermos habían llegado ya muy graves, muriendo durante los días de desembarque.El resto de pasajeros y tripulación que habían cumplido cuarentena tan pletóricos de salud, dejaron en el islote una lápida con la siguiente leyenda: Insula Salutis.