Viajó por Irlanda, Escocia, Francia, Bélgica y Alemania, especializándose en idiomas.
El 25 de enero, al acudir a la catedral siguiendo la instrucción reservada dada por el ministro de Fomento Manuel Ruiz Zorrilla que ordenaba a los gobernadores civiles hacer inventario de los bienes eclesiásticos no directamente relacionados con el culto para su posterior incautación, fue recibido por una multitud apercibida y soliviantada por algún miembro del cabildo a pesar de la discreción con que se había querido actuar.
Los congregados lograron entrar en el claustro donde comenzaron a golpear al gobernador, al que posteriormente arrastraron, inconsciente o quizá ya muerto, hasta el exterior de la catedral donde lo desnudaron y mutilaron.
[5] Se juzgó a sesenta personas en unos veinte juicios, en su mayoría gente humilde.
[6] Los miembros del cabildo procesados salieron absueltos por falta de pruebas y solo se dictó una condena a muerte, conmutada por cadena perpetua, beneficiándose el condenado poco después de una amnistía.