Ise (1917)

Una vez botados, fueron en su momento los buques con mayor cantidad de artillería a bordo.

Todos los aparatos eran catapultados, pero los bombarderos en picado debían forzosamente aterrizar en algún portaaviones o en bases terrestres.

Solo los hidroaviones podían regresar al Ise, debiendo amarar junto al buque y ser izados posteriormente a la cubierta mediante grúas, lo cual limitaba su capacidad como portaaviones por la poca flexibilidad táctica, y como acorazado, por su reducción de capacidad de fuego.

En suma se puede decir que resultó una conversión desafortunada para los intereses japoneses.

Los trabajos en la reparación empezaron el día 26 de julio, pero se detuvieron esa misma tarde cuando, al estar terminada la reparación en un 40 o 60%, el barco recibió el impacto de cuatro bombas antiblindaje de 1000 kilogramos que destruyeron el puente, las defensas antiaéreas y causaron incendios y explosiones graves: el Ise fue declarado siniestro total y se dio la orden de abandonarlo, permaneciendo a bordo solamente los electricistas, pero tras un nuevo ataque nocturno sufrido el mismo día -en el cual quedó deshabilitado el generador eléctrico- también abandonaron el buque.

Configuración del Ise en 1944.
El acorazado Ise tras el ataque que lo dejó fuera de servicio.