Sus abuelos paternos fueron el rey Alfonso XI de Castilla y Leonor de Guzmán.
En ese lugar debieron reposar sus restos hasta prácticamente el mismo momento de la demolición del citado monasterio (ca.
Con el tiempo, en el mismo espacio, acabaron enterrándose otras parientes suyas: Leonor de Guzmán y María Hurtado de Mendoza.
Este hecho resulta llamativo (sobre todo tratándose de un convento masculino) y parece indicar que, con sus tumbas allí, aquellas mujeres, no sólo buscaban la reafirmación del linaje que compartían, sino también la reivindicación del papel de sus mujeres dentro de él.
[5] En el sepulcro de Isabel, que era de mármol, se podía leer la siguiente inscripción: "Aquí yace Donna Isabel que Dios perdone, amén, nieta del muy noble rey Alfonso de Castiella e fija del conde D. Tello y muger que fue de D. Pedro Velaz de Guevara, fijo de D. Beltrán de Guevara, XXX diciembre anno del nascimento del Salvador mil CCCC"[1]