A los 23 años contrajo matrimonio con María Trinidad García Calderón y Landa, hermana del destacado jurista y futuro presidente de la república Francisco García Calderón.
Luego se reintegró a la división del coronel Andrés Avelino Cáceres, combatiendo en las batallas de San Francisco y Tarapacá.
Deshecho el primer Ejército del Sur en la Batalla del Alto de la Alianza y ocupada por el invasor la plaza de Arica, consciente que la próxima campaña sería en Lima, optó por retornar a la Capital.
Gran parte de su tropa desertó para unirse a la resistencia del general Cáceres; con la que él mismo simpatizaba.
Comandó el Ejército del Norte en la batalla de Huamachuco, donde fue herido, por enésima ocasión, esta vez en la pierna.
Salvó su vida, gracias a un cabo de su división que lo retiró del campo de batalla luego que se produjo la derrota y lo condujo a la margen derecha del río Marañón donde su lesión pudo ser curada.
Al no lograr la convergencia, se abstuvo de participar en la guerra civil entre Iglesias y Cáceres, que culminó en 1885 con el triunfo del último.