[1] Mientras que Francia, Gran Bretaña y la Legión Checoslovaca se concentraron en sostener el frente antisoviético en Siberia y Estados Unidos en controlar y reparar los ferrocarriles siberianos, Japón, que se negó a enviar tropas más allá del lago Baikal, trató de afianzar su control sobre el este de la región, disputándosela a soviéticos y estadounidenses.[14] Su influencia era tal que el propio Knox admitió tener más poder sobre las operaciones militares que el propio Janin, finalmente a cargo de las tropas Aliadas al oeste del lago Baikal.[18] Sin tropas en Siberia y aportando escaso material a Kolchak, el general francés Janin se encontró pronto sin mando efectivo al retirarse los checoslovacos del frente una vez que su autoridad había quedado restringida a las unidades extranjeras del frente.[18] La Fuerza Expedicionaria Canadiense en Siberia, al mando del general de división James H. Elmsley y autorizada en agosto de 1918,[20] fue enviada a Vladivostok para reforzar la presencia Aliada.Compuesta por 4 192 soldados, la fuerza regresó a Canadá entre abril y junio de 1919.[18] En diciembre de 1917 los japoneses ya habían rechazado una solicitud realizada por los franceses para intervenir en Rusia.[31] Para entonces el Gobierno japonés había financiado a las diversas fuerzas afines que podían evitar la formación de una autoridad rusa fuerte en la zona.[32] El objetivo japonés era que los demás Aliados aceptasen una nueva autoridad al este del Baikal[33] que, incluso si dependía de la ayuda militar japonesa, concediese al Imperio un papel predominante en la región, evitando la competencia de otras potencias y garantizando el predominio económico japonés en la zona.[32] Los japoneses requisaron también la flota mercante del Amur, dificultando el comercio en la zona.[39] En diciembre una propuesta británica para que estadounidenses y japoneses tomasen el control del transiberiano fue rechazada, considerada innecesaria y perjudicial para la imagen de los Aliados entre la población rusa.[42] En abril las fuerzas estadounidenses no participaron en el desembarco japonés en Vladivostok.Al contrario que sus aliados, el general Graves consideraba que su misión en Siberia era proteger los suministros norteamericanos, ayudar a la Legión Checoslovaca a evacuar Rusia y sostener a las fuerzas rusas en su resistencia ante los Imperios Centrales lo cual no incluía luchar contra los bolcheviques.[44][52] Graves había recibido órdenes del presidente Wilson para no interferir en los asuntos internos rusos.[54][44] Debido a sus repetidas llamadas a la moderación, Graves tuvo frecuentes enfrentamientos con los comandantes británicos, franceses y japoneses, que querían que los norteamericanos tuvieran una participación más activa en las operaciones militares.[53] Teóricamente subordinado al mando japonés, Graves rechazó su autoridad en la práctica.Pocos días después, británicos, italianos y franceses se unieron a los checos en un intento de restablecer el frente oriental tras los Urales; en consecuencia, los aliados europeos se desplazaron hacia el oeste.Los japoneses, con sus propios objetivos en mente, se negaron a continuar más al oeste del lago Baikal y quedaron atrás.Esto hizo que los norteamericanos, sospechando de sus intenciones, también permanecieran cerca para tenerlos vigilados.[34] A comienzos de noviembre, alrededor del momento en el que se estaba firmando el armisticio con Alemania, los Aliados contaban con miles de hombres en Siberia: 60.000 checoslovacos, 70.000 japoneses, 9.000 estadounidenses, 4.000 canadienses, 2.000 británicos y destacamentos menores de franceses, italianos y polacos.[20] Los canadienses tampoco vieron con buenos ojos el mantenimiento de sus tropas en Siberia tras la rendición alemana y solo gracias a la presión del Gobierno británico aceptaron permanecer, acantonados el Vladivostok, hasta la primavera de 1919.[61] Al término de la guerra en Europa los aliados decidieron apoyar a los ejércitos blancos antibolcheviques implicándose de forma más decidida en la Guerra Civil Rusa.Los aliados prestaron ayuda militar al gobierno de Kolchak en Omsk mientras que los japoneses hicieron lo propio con los rivales de Kolchak, Grigori Semiónov e Iván Kalmykov.Muerto Kolchak los británicos evacuaron a los escasos miembros que quedaban en territorio ruso en febrero y marzo de 1920.Sometida a intensa presión diplomática por parte de Estados Unidos y Gran Bretaña, y frente a una oposición doméstica cada vez más fuerte debida al coste humano y económico de la intervención, la administración del primer ministro Katō Tomosaburō retiró sus tropas en octubre de 1922.[35] Las motivaciones de la intervención japonesa en Siberia fueron complejas y deficientemente llevadas a la práctica.De cara al exterior, Japón, y los otros miembros de la coalición internacional, estaban en Siberia para proteger los suministros militares y para rescatar a la Legión Checoslovaca.En cambio, el apoyo a diferentes líderes del Movimiento Blanco dejó a Japón en una delicada situación diplomática frente al gobierno de la Unión Soviética cuando el Ejército Rojo finalmente emergió victorioso de la Guerra Civil.La intervención hizo pedazos la unidad interna de Japón en tiempos de guerra, envolviendo a gobierno y ejército en amargas controversias e, incluso, provocando divisiones internas en el seno mismo del ejército.