La versión oficial indicaba que fallecieron en un accidente de tránsito, pero todas las informaciones conocidas mostraban que las dos personas habían sido asesinadas por un grupo de matones conservadores conocidos como Los Pájaros.
[5][6] Para no dejar sin trabajo a sus empleados y evitar la bancarrota, Eduardo Santos formó la Casa Editorial El Tiempo, redistribuyendo las acciones entre la Familia Santos, Roberto García-Peña, Abdón Espinosa Valderrama y otras personas de su entera confianza.
[6] Incluso, los vendedores callejeros seguían anunciándolo como "El Tiempo", a pesar de no llamarse así.
[12] Muestra de ello era que en la primera plana del número uno se publicó una caricatura de Hernando Turriago "Chapete",[13] en la que un anciano actor, con un reloj de arena y una guadaña en la mano, parado en un escenario, saludaba a los asistentes diciéndoles: "Respetable público, mil gracias.
Por un lado, en abril de 1956, Rojas les propuso a los hermanos Santos que volvieran a publicar El Tiempo, pero Eduardo Santos se negó y aseguró que su diario no regresaría mientras existiera la dictadura.
[5] De ahí en adelante, la censura pasó a ser un poco más flexible,[2] pero, en contraprestación, se le ponían trabas a la importación del papel y demás insumos necesarios para la impresión.
[19] En la edición del 11 de mayo, Intermedio informó que El Tiempo volvería a circular cuando Eduardo Santos regresara del exilio en Francia y hubiera garantías para reanudar su publicación.