Intendencia de Comayagua
Tampoco ejercía en ellos acción administrativa, pero en lo espiritual sí dependían del Obispado de Comayagua como el resto del territorio, el cual tenía la extensión jurisdiccional en todos los ramos de la administración pública, que tenía la diócesis mencionada en cumplimiento de reales disposiciones que así lo ordenaban.El patrimonio de la provincia consistía en la explotación minera, aunque para las dos primeras décadas del siglo XIX había disminuido la producción de plata, manteniéndose a flote, sin embargo, los lavaderos de oro en los ríos olanchanos y algunos filones estaban siendo explotados irregularmente.La agricultura no tenía gran auge en comparación de la ganadería que era un renglón principalísimo, pues se comerciaba en gran escala con la venta de ganado en pie a El Salvador, Guatemala, Belice y aún a Costa Rica.Los beneficios económicos del añil y de grana todavía eran apreciables y se explotaba con éxito la vainilla, la zarzaparrilla, el cacao, el liquidámbar y la raíz de ipecacuana, renglones que fueron descuidados posteriormente quedando sólo el palo tinte, las maderas preciosas (caoba, cedro, palo rosa, San Juan) que se explotaban en la región mosquita.Debemos consignar que no se carecía de los artículos llamados de primera necesidad (maíz, frijoles, patatas, yuca y maicillo) así como frutas variadas, pero la industria era embrionaria (tenería, azúcar, moscabado, junco, calzado) sin carecerse de las artesanías y confecciones hogareñas (pan, dulcería, embutidos, etc.).En general, la Provincia, con toda su producción de plata y oro, con su agricultura, ganadería e incipiente industria, tenía una población considerable pobre mayoritariamente negra e india, aunque no miserable y los mestizos podían mantener un estilo de vida estable y la economía de la intendencia se iba hacia adelante venciendo obstáculos debido a su compleja ɡeoɡrafia y la indiferencia de las autoridades de la metrópoli.