A finales del siglo XIX parecía evidente que la libertad, la casi total ausencia de regulación en lo relativo al trabajo, no había creado el mejor de los mundos posibles».
[3] Tras su aprobación la Comisión elaboró un amplio informe sobre la situación de las clases trabajadoras en España, a partir de las respuestas a un detallado cuestionario, ya que la Comisión «nació con el propósito de recabar datos, información, opiniones y todo aquello que contribuyera a ilustrar el problema social, en el objetivo de propiciar medidas tendentes a su solución definitiva».
[4] Una de las respuestas más destacadas fue la que envió el doctor Jaime Vera, miembro de la ejecutiva del Partido Socialista Obrero Español, y que fue publicada, siendo conocida como el Informe Vera.
[4] Las organizaciones obreras anarcosindicalistas y socialistas se opusieron a la Comisión por considerar que sólo representaba los intereses de la burguesía en un momento en que el Estado no reconocía los derechos de los trabajadores, pero los sectores del obrerismo ligados al republicanismo, que compartía plenamente el reformismo social propugnado por aquella, sí participaron.
La creación del IRS supuso que los gobiernos de la Restauración abandonaban «las concepciones benéficas y paternalistas que habían dominado el pensamiento social» del liberalismo español.