Inmigración libanesa en Paraguay

[2]​ Sus descendientes se han destacado en prácticamente todos estamentos de la vida nacional: en las profesiones liberales, en la educación en todos los niveles, en el comercio, en el campo financiero, en las fuerzas armadas, en el clero, en el sindicalismo, en la diplomacia, en el campo político, en el mundo artístico, etc.[3]​ La estratégica posición del Líbano en el Mediterráneo le ha significado permanentes invasiones.

Aun cuando declaró su independencia, las acciones de la Segunda Guerra Mundial no permitieron que ella fuera plenamente efectiva hasta 1946.

[3]​ En este trayecto hacia la búsqueda de un futuro mejor, tuvieron que emprender largos viajes en barcos, muchas veces sin saber en donde embarcar y peor aun donde desembarcar.

Después de mucho esfuerzo, pudieron insertarse a la sociedad paraguaya y abrir comercios, montar fábricas o cultivar tierras.

[8]​[9]​ Los apellidos más frecuentes: Sarquis, Aboud, Aid, Armele, Arar, Arroca, Arrosse, Rossi, Atat, Azar, Barchini, Buzarquis, Canan/Kanan, Nader, Cofure, Curi/Kuri/Juri, Daher, Damus, Dibb, Esgaib/Zgaib, Esquef/Skef, Fadlala, Fadul, Farah, Ghobril, Girala, Gosen, Haddad, Haitter/Haidar, Harari, Huespe, Ismael/Ysmail, Kalfat, Mohur, Maluff, Manzur, Mende, Musi, Ouchana, Rahi, Resck/Risk, Rosas, Sabag, Safuan, Sardi, Seifeddin , Toumi, Tours, Torres ,Yambay/Yampey, Yanho, Yauhari, Yore, Yunis.

[3]​ Ahora bien, los estereotipos que se forman al inicio, contribuyen a fijar los prejuicios y a conservar obstinadamente las actitudes de tal manera que, incluso cuando un grupo inmigrado ha terminado por alcanzar las condiciones objetivas del reconocimiento, la sociedad receptora continúa durante mucho tiempo rechazándolo.

[3]​ En muchos países latinoamericanos han hecho falta muchos decenios para que los “turcos” (es decir, los inmigrantes del Cercano Oriente) pudieran adquirir, por medio de sus descendientes de la segunda, tercera o cuarta generación, una pequeña parte del prestigio de que gozaban prácticamente desde su llegada los colonos alemanes, los patrones ingleses y los inmigrados franceses.Los árabes se dedicaron al comercio preferentemente, fueron los “macateros” que desbrozaban caminos, bastante intransitables en la época, llevando su mercancía a zonas aisladas del país.

Pronto aprendieron a hablar el guaraní aparte del español, pues se debía comprar en esta lengua en los centros urbanos, y vender en aquella en el interior.