La obra estuvo en la sacristía del templo al menos desde mediados del siglo XIX, donde pasó prácticamente desapercibida hasta finales de 2019, en que se terminó su restauración, reubicándose dentro de la iglesia.
[1] Así, a finales de 2020 se publicó un estudio histórico-artístico en Ars Magazine, donde la pintura se presentó como “la primera Inmaculada de Murillo”, anterior a "La Colosal" del Museo de Bellas Artes de Sevilla, tenida por la primera de su mano, aunque no se llegó a asegurar que fuera la Concepción que falta del ciclo del claustro chico del Convento de San Francisco.
No en vano, se propuso una cronología en torno a 1640-1645.
Además del análisis formal, estilístico e iconográfico, se aportaron radiografías realizadas al cuadro, que revelaron una pincelada y recursos técnicos asimilables a las primeras obras del catálogo del artista sevillano.
[3] No obstante, varios renombrados historiadores del arte dedicados al estudio de Murillo se pronunciaron en contra de la atribución.