Levantada, al parecer, sobre los restos de un templo paleocristiano y visigodo, la iglesia al exterior casi no presenta rasgos de su estructura original, salvo una portada gótica situada a los pies, muy sobria y sencilla, formada por unas simples arquivoltas de arcos apuntados.
El templo alberga la Inmaculada de San Vicente, un pintura atribuida a Murillo fechada hacia 1640-45.
En el ático lleva un Cristo Crucificado del siglo XVI obra de Roque Balduque junto con su madre y San Juan Evangelista.
Aquí también se conserva el cráneo y otras reliquias óseas del Mártir San Vicente, titular de la iglesia.
Preside la capilla el misterio del Cristo de las Siete Palabras -del siglo XVI y perteneciente a Felipe Martínez- María Santísima de los Remedios y San Juan Evangelista, en el centro.